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Tierra

 

La trufa negra se desarrolla en suelos calizos con texturas equilibradas y estructuras grumosas.

La provincia de Álava cuenta con las características idóneas de producción de trufa negra en cuanto a suelo y clima, lo que hace que las trufas negras recolectadas en Álava obtengan una calidad excepcional y sean apreciadas y reconocidas en cocinas internacionales.

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Clima

 

El clima más adecuado para la producción de trufa negra se corresponde con los del tipo mediterráneo continental, con contrastes entre estaciones y un nivel de precipitación anual superior a los 500 mm.

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Búsqueda

 

Cuando alcanza la plena madurez desprende un fuerte aroma indetectable por los humanos pero sí por ciertos depredadores.

En los montes de Álava, la trufa negra se recolecta con perros adiestrados para su búsqueda. Olfatean las plantaciones truferas y una vez localizados los preciados hongos comienzan a retirar tierra hasta dar con ellos.

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Árboles

 

La trufa convive en contacto con árboles como encinas o robles. A la hora de realizar las plantaciones, se parte de estos árboles adaptados que portan el hongo de la trufa en sus raíces.

 

Establece una simbiosis micorrízica que produce un beneficio mutuo, tanto para el hongo como para la planta.

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Quemados

 

Una vez establecido el equilibrio entre el árbol y el hongo, comienza la producción de trufas. En la superficie y alrededor del árbol se va eliminando de manera natural la vegetación existente, incompatible con la trufa, formándose los denominados ‘quemados’. Es ahí donde se encuentra la trufa.

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